TRANSFORMACIÓN DE LA FUNCIÓN TI







El ritmo de cambio de las necesidades y retos empresariales así como de las actualizaciones tecnológicas requiere revisar periódicamente el “estado de forma” de la Organización TI. Es fundamental analizar su preparación para asegurar el soporte que debe proporcionar a la empresa, ya sea como un todo o como cada una de las personas que la componen. ¿Se poseen internamente las competencias requeridas? ¿Se requiere capacitación, formación o cambios?¿Está el Area de Sistemas preparada para realizar la transformación digital requerida por la Organización?

¿Nuestros Procesos empresariales y los Procesos TI son los adecuados para dar respuesta a las necesidades de los clientes internos de la empresa? ¿Y para ser eficientes en la operativa diaria? ¿Nos permiten gestionar de forma eficaz a los proveedores tecnológicos? El alinear estos Procesos TI con las necesidades cambiantes de la empresa y adecuarlos siempre que sea posible a las mejores prácticas (ITIL, CMMi, etc) es uno de los condimentos del éxito en los Departamentos TI.

Aproximadamente entre un 20 y un 30% del Gasto en Tecnología (Inversiones o Costes de Operación) en una empresa no generan los resultados previstos, ya sea por mala utilización, mala elección o mala supervisión. Si pensamos que como media una empresa dedica de media aproximadamente un 1,6% de su facturación a las Tecnologías de la Información, una empresa que facture 50 millones de euros está desaprovechando hasta 240.000€ al año en sus costes tecnológicos.

Adicionalmente, en numerosos casos, se acometen Inversiones en Tecnologías sin realizar un adecuado análisis coste-beneficio. Un adecuado análisis de la situación de los Costes TI ayuda a reducir estos costes o/y utilizarlos en otras actividades y acciones TI que genere verdadero valor.

La complejidad TI en una organización viene derivada por el número de entidades (aplicaciones, servidores, dispositivos, etc), el grado de heterogeneidad y el número de interconexiones requeridas. ¿Esta complejidad TI, es un mal necesario? Es cierto que la complejidad crea valor añadiendo nuevas funcionalidades y mayor grado de automatización a las operaciones y procesos de la empresa. Pero también puede paralizar a la organización, imponiendo nuevas cargas, reduciendo su agilidad y disparando los costes de operación. La adecuada Gestión de la Complejidad TI, puede generar valor cuando esta complejidad no se traslada a los usuarios finales y se accede al ecosistema tecnológico de la empresa de forma fácil e intuitiva.

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